Lo llaman socialismo, pero deberían llamarlo envidia. O envidia igualitaria. O como lo quieran denominar. Porque distorsiona la capacidad de pensar. Todo pecado distorsiona el análisis de la realidad.
La locura socialista surge también cuando hace el análisis económico y jurídico del mercado de vivienda. Cuando uno es envidioso, le molesta que los demás tengan un patrimonio y no lo repartan, por mucho que lo hayan adquirido legítimamente. Uno rabia mucho cuando ve que no tiene vivienda pero hay sujetos que explotan 50 viviendas.
El sociata rabia mucho cuando el derecho de propiedad, al cabo del tiempo, hace que, quien produce y ahorra, acumule patrimonio.
El ahorro para la envidia es "injusticia social", un par de palabras que la ideología socialista ha generado para quitarle a otro lo que es suyo por medio del presupuesto y de los impuestos, sin tener cargos de conciencia.
Esto puede llegar a ser grave, sobre todo si uno se dedica a la propaganda de este tipo de ideas, y cobra por ello, que es lo que hacen los periódicos como El País.
Quienes se dedican a la propaganda no quieren comprender, porque no les conviene, que son multitud las personas que tienen mucho más de 50 viviendas por medio de sociedades, o el valor equivalente a más de 500 viviendas, ahorrado en acciones de diverso tipo, en fondos de inversión, en fincas rústicas, en sociedades de capital riesgo, o en cualquier otro activo patrimonial. Pero por lo visto eso no es tan grave, porque se nota menos y genera menos envidia.
Es decir, hay personas ricas. Y la riqueza la pueden tener en activos de muy diverso tipo. Para #ELPAISOE lo grave es que lo tengan acumulado en viviendas, porque hay mucha gente que no tiene vivienda. Ante esta desigualdad, hay que agitar el cocotero social para justificar las leyes socialistas en materia de alquiler social, porque no otra cosa pretende esta noticia. Así caerá algún coco más en forma de subvención al papel de prensa, y de paso para los que no tienen vivienda. Dinero de los impuestos que va a gentes improductivas. Impuestos a los que tienen más de una vivienda. Eso es lo que hace falta. Lenitivo para la envidia.
Hay mucha gente que acumula bastante más de 50 viviendas en forma de sociedades unipersonales. O que se agrupa en sociedades que, casualmente, se llaman "inmobiliarias", se dedican a la explotación del activo patrimonial "vivienda", en un negocio bastante antiguo, porque está ya regulado en el derecho romano llamado alquiler (locatio conductio rerum), y tienen bastante más de 500 viviendas o locales. Todo el mundo sabe que la forma de gestión no es la clave del problema. Todo el mundo, menos los socialistas y sus propagandistas.